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miércoles, 2 de marzo de 2016

Alcanzamos la cima del Nanga Parbat en invierno y hacemos historia junto a Alex Txikon



Lo conseguimos. Alex Txikon alcanzó el viernes pasado la cima del Nanga Parbat (8.126 metros) en invierno y se convirtió junto con sus compañeros de cordada, Simone Moro y Ali Sadpara, en los primeros en escalarla. Tras 28 años de intentos y 30 expediciones, Txikon escribe una nueva página de la historia del alpinismo con la conquista de esta cima, la penúltima que quedaba por encima de los 8.000 metros sin ser escalada en invierno, cuando las temperaturas caen hasta los -50 ºC y los vientos golpean a 30 kilómetros por hora. Ahora sólo queda el temible K2. Y esta nueva página en la historia del alpinismo también la hemos escrito nosotros, el Grupo K35, tras acompañar en todos los retos a Txikon desde que un día entrara por la puerta de nuestras oficinas hace cuatro años.

Siempre lo hemos tenido claro, acompañamos a Txikon en cada uno de sus retos para aprender de los desconocido, para testar la tecnología en lo más extremo y resolver problemas que de otra manera nunca nos plantearíamos. Después incorporamos lo aprendido a nuestros clientes, a nuestros proyectos. Y si encima alcanzamos la cima, tremendo. En esta ocasión, la cima estaba virgen, nunca antes la había alcanzado nadie. La sensación del equipo K35 es de haber hecho historia.

Txikon ya conocía la dureza del invierno. En 2011 realizó la primera expedición a un ochomil en invierno, el GI. Alcanzó los 7.000. Al año siguiente, 2012, llegó a los 7.400 metros, abrió una nueva vía hasta esa altura y perdió a los cinco compañeros de expedición. Regresó en 2013 pero de esa altura no pasó. En 2015 ascendía al Laila Peak (6.096 metros) y aclimatada para intentar en Nanga Parbat. Hasta los 8.126 metros alcanzó pero por un descuido avanzó desorientado hacia otra cima. Y en 2016, llegó la cima.



Más de 26.000 visitas en la plataforma cloud
En todos estos intentos, hemos caminado juntos: para preparar la tecnología, hacer balance de cómo mejorarlo y volver a plantear nuevas soluciones. Y es que la tecnología en un proyecto tan extremo cómo este puede marca la línea entre la muerte o la vida, el éxito o el fracaso. Hemos conseguido que siempre haya estado geolcalizado para un posible rescate para que sus seguidores le apoyaran desde el calor de casa en cada metro. También para que pudiera recibir los partes metereológicos más contrastados posibles y así planificar su trabajo hasta la cima.

El viernes mientras Alex caminaba hacia la cima más de 26.000 personas se conectaban a la plataforma Cloud que le hemos provisto para seguir la trayectoria geolocalizada de la expedición. En su mayoría de Polonia, país que vive la montaña en invierno como un deporte nacional.

Hemos hecho historia con Alex Txikon en el Nanga Parbat pero sobre todo hemos aprendido de todo el proceso, de todos los intentos y de todos los retos que plantea vivir lo más extremo. A seguir soñando Alex, que antes o después alcanzaremos también el K2. ¿Te vienes con nosotros?